Hay veces que estás haciendo zapping en un momento de esos
que ya estás a punto de apagar la tele de aburrimiento general y de repente,
“BOOM”, ponen una peli de esas que has visto mil veces empezar, otras mil
acabar y otras tantas completa y no puedes dejar pasar la ocasión de verla una
vez más.
Se te pasa ese pequeño sueño que tenías y de repente los
ojos entran de nuevo en acción para disfrutar de nuevo de esas escenas que te
encantan ver una y otra vez.
Eso me pasó a mi el otro día con La trampa. Es de ese género
de películas que a pesar de saber casi en todo momento lo que va a ocurrir
siempre quiero verlas una y otra vez. Es una especie de imán del que no te
puedes separar. Me pasa con otras muchas como El secreto de Thomas Crown,
Cadena perpetua (que por cierto hace mucho que no ponen), El club de los poetas
muertos . . .
Seguro que a todos os pasa con otras películas y teneis un
listado interminable de cintas que no podeis dejar de ver. El Padrino, Amelie, Los
intocables de Elliot Ness, películas de Marilyn Monroe o Elvis Presley, Jack
Lemmon o Burt Lancaster, Pretty Woman (saludos para las wasaperas), Flash Dance
o Dirty Dancing o las sagas de Harry Potter, El señor de los anillos, Indiana
Jones o La Guerra de las Galaxias. Y si también ponen y vuelven a poner las de
Paco Martínez Soria, que más se puede pedir.
Ver de nuevo en acción a Sir Sean Connery en esta ocasión
acompañado de la sensualidad de Katherine Zeta Jones (a pesar de que se
llevaran 2 nominaciones a los premios Razzie a peor actriz y peor pareja en
pantalla) es todo un placer y si además añadimos que varias secuencias fueron
rodadas en el Castillo de Duart en la Isla de Mull en Escocia y en las Torres Petronas
de Kuala Lumpur de Malasia pues mucho mejor.
Para los que no tenemos la suerte de viajar a esos lugares mágicos
es todo un gusto que el cine nos los pueda acercar.
Ojalá algún día, se pueda cumplir ese sueño de viajar por lugares
únicos que están ahí para ser vistos.
LIESF
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